domingo, 29 de noviembre de 2009

¿ Tengo que pedirlo por favor?

Por suerte, hay gran cantidad de cosas que no consigo explicarme. Si no fuera así, mi existencia ( y la de todos) sería realmente aburrida e insípida. La vida nos ofrece pequeños y grandes misterios en nuestro día a día que debemos resolver ( podemos hacerlo o no) y que como muchos de los que me conocéis sabéis que pienso, ya tienen solución desde mucho antes de que nosotros lleguemos a ella.

Pero todo este divagar acerca de lo que rodea a un particular misterio que ronda sin cesar en mi cabeza no llega a buen término. No consigo jamás, por más que me esfuerzo en acecharlo desde diferentes perspectivas, darlo por concluído con una solución satisfactoria. Y es que disculpenme señores y señoras fumadores y fumadoras, pero no entiendo como tantos de ustedes se comportan de manera tan sumamente egoísta cuando de saciar sus ennviciadas ansias se trata. Me es inevitable enfurecer e incluso llevada por la ira pronunciar palabras no del todo correctas, cuando delante de un blanco e impoluto cartel que reza: PROHIBIDO FUMAR, resulta que de amén, nada. El placer de saber que se vela por los derechos a una vida saludable por la que libremente he optado, queda difuminada por el humo cancerígeno de ese consumidor que libremente ha optado por encender su cigarro en el lugar inadecuado.

Y es que la droga, concretamente hoy me toca hablar del tabaco, anula a la persona y la lleva a actitudes que van en contra de toda educación para una vida en sociedad. Individualiza a la persona y como muy bien queda representado en esta imagen, la transforma en una mera marioneta movida por hilos.

No, no me explico cómo proclamamos a voz en grito nuestro derecho a ser libres y no nos armamos de valor para darle el tijeretazo definitivo a esos hilos que nos atan y nos hacen tan esclavos.

Señores y señoras fumadores y fumadoras, encended el cigarro cuando salgáis del portal ( eso significa también más tarde de entrar en el ascensor), que son solo unos segundos de desesperante espera, por favor.


Gracias.



viernes, 20 de noviembre de 2009

Hola señores dueños del mundo


Estoy muy feliz de poder dirigirme a ustedes, de que se me conceda este privilegio de ser atendida, puesto que entiendo que tienen una agenda apretada y ajustada como no podría ser de otra manera si millones de personas en todo el mundo dependen de sus decisiones, labor de la cual se sienten infinitamente orgullosos como nos demuestran en todas y cada una de las imágenes en las que salen tan sonrientes y satisfechos de su excelente trabajo
Quiero aprovechar esta ocasión única para trasmitirles mi más profundo agradecimiento. Si el mundo continúa en sus manos, las de ustedes o las de los que vengan como aprendices de su gestión, entonces ahorraremos a generaciones futuras disfrutar de algo tan bello como la vida. Porque tal y como ustedes, señores dueños, están cuidando nuestro hogar, nuestro planeta, esas vidas que vienen, que ya están viniendo ( que ésto no es un escrito futurista) vivirán una vida que no es vida, sino más bien muerte.
Muerte provocada por la avaricia, por el ansia del desarrollo de lo propio a costa del subdesarrollo de lo ajeno, ansia destructiva, ansia que todo lo arrasa, que las tierras seca, que crece los mares como si estos quisieran ahogar bajo sí de una vez por todas el sufrido grito de tantos que no lo merecen. De aquellos cuyas vidas están en sus manos... qué pena que sean tan pequeñas que solo quepan unos pocos... tan pocos.

Gracias, pues, por actuar tan rotunda y sigilosamente, por saber mantenernos a todos tan apaciguados ante esta hermosa imagen que se nos presenta...


... porque estamos a finales de noviembre y voy en "chaquetilla" sin hacerme preguntas...

... porque vosotros decidís el futuro ( o el no futuro) de la humanidad...

... y en Copenhague apostáis por el NO


POR TODO ELLO, GRACIAS.





Este domingo todos pal Reti.... MÚSIKA EN LAS KALLES