lunes, 25 de noviembre de 2013

NO ENTIENDO



Te prohíbo quejarte
porque al fin y al cabo
sus ojos son para mirar(te).
No tienes excusa
ni argumentación válida
porque la libertad va de eso
que Tú no entiendes
porque Tú no eres hombre
y todoS nosotroS sabemos
aunque no todoS lo digamos
que Tú no entiendes
lo que éL siente
cuando tus piernas se le cruzan
por delante
como cables en su mente
y, mientras éL en corto circuito
tu intensidad infinita
es de correr
hacia donde esa mirada
no alcance.
Sin embargo no lo haces
"¿estás loca?,
¡estás en la calle!,
debes comportarte"
te dice lo aprendido
por siglos de historia
de dominación y ACOSO...
pero asumes el riesgo,
toda una temeridad por tu parte,
te haces valer
y decides girarte:
ahí tienes a un cerdo hozando
entre tus agujeros
como tantas otras veces
escondido entre coches,
parapetado al otro lado
de la esquina,
de noche,
de día.
Y ante esto,
ante el hecho del ser
éL, sujeto enfermo,
y del no ser
Tú, su objeto
no hay solución compatible
más que el silencio
del objeto
como ser inanimado
y juguete sexual
que resucita,
a base de repulsión
que grita,
en formato escrito
y que suscribe
esta declaración:
que solo merece la letra capital
quien es capaz de respetar
y así merecer respeto.
y que éL,
por lo que a mi persona respecta
como mujer
que ama la poesía,
es falta dolorosa de ortografía