sábado, 27 de octubre de 2007

Y milagrosamente llegué a tu vida


Aquí estás, hermanita, posando en TÚ casa. Parece mentira que ya estés allí, ya sabes, se iban aplazando tanto y tanto las cosas que aunque dijeras "el fin de semana siguiente me voy" no me lo terminaba de creer.
Pero ese sábado 12 llegó y con él, llegó el momento en el que definitivamente dabas, hasta ahora, uno de los pasos más importantes de tu vida, si no el más.

Desde que empecé la universidad los días pasan tan rápido como rápidas son las personas en el tren cuando hay un sitio libre. El estrés madrileño me impide pensar en lo raro que es que no estés en casa, pero en algunos momentos lo pienso y... un escalofrío me recorre todo el cuerpo. Supongo que se debe al frio y al calor, ya sabes, la fría tristeza de pensar que estamos separadas y la calurosa sonrisa al saber que uno de tus proyectos, de tus sueños, se están cumpliendo y que eres feliz.

Te deseo lo mejor Elena, que sigas viviendo todos los momentos de tu vida con ilusión: cada conversación con un niño, cada dinámica que prepares, cada canción que escuches, cada momento con Paco... porque te lo mereces, porque eres una gran persona y ¡compartes podio de "mejor hermana" con Marta! jaja.

Te quiero Elena

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