martes, 4 de octubre de 2011

¿BUENO? Y GRATIS, ¿DOS VECES BUENO?


Llevo muy pocos días de universidad a la vuelta del verano pero ya he tenido que enfrentarme a esa imagen que se repite año tras año y que tan poco me gusta: las promociones salvajes de nuevos productos ( o no tan nuevos) que regalan las marcas ¿para darse a conocer? a una juventud exacerbada por conseguir algo gratis, que muestra de manera palpable el consumismo salvaje al que estamos sometidos y del que tristemente nos sentimos orgullosos.

Hay personas que no entienden mi rechazo ante todo este circo. Creo que se debe al hecho de que lo he vivido desde dentro, que he trabajado un par de años repartiendo una bolsita con unos cuantos de estos productos, que he terminado hasta las narices. ¿ Por qué?

- porque en los dos años que he estado he podido comprobar que no se lleva a cabo ningún estudio de población mediante el cual se pueda saber de manera estimada la cantidad de público a la que se dirige la promoción. Se nos ha obligado a repartir cantidades ingentes, desmesuradas, con la premisa de " una bolsa por persona" cuando la realidad es que se terminan repartiendo dos o incluso tres y no solo para acabar antes, sino para acabar.
Esto me lleva a pensar inevitablemente en la clara y consciente sobreproducción que llevan a cabo las empresas y como consecuencia a todo lo que se tira o se desecha en un mundo en que tantos y tantos millones de personas no tienen nada que llevarse a la boca.

- porque ves la asquerosa cara de satisfacción que se le queda al tonto que te coge por segunda vez la bolsa, pensando que tú no te has dado cuenta, creyéndose más listo que el resto porque tiene dos, y SON GRATIS..."aunque no me guste, aunque no me sirva, aunque no lo quiera". Esa es la sociedad en la que vivimos, la que no valora el trabajo para llegar a conseguir algo. El mejor es el que lo consigue antes y además con el mínimo esfuerzo.

- porque me avergüenzo de mi misma trabajando en algo que va total y absolutamente en contra de mis propios principios con tal de conseguir dinero rápido.


Y todo esto, ¿ hacia qué actitud me ha llevado? Pues no sé si es la correcta, tampoco considero que vaya a servir de algo pero no cojo nada de lo que me ofrecen. Lo siento mucho por los que están trabajando, que están muy cansados de estar ahi y tienen ganas de repartirlo e irse a sus casas... a ellos les invito a la reflexión tal y como lo hice yo.
A veces pensamos que no podemos cambiar las cosas, que las empresas están en otro nivel, pero no nos damos cuenta de que ellas están a nuestro servicio, que nos deberían de dar lo que nosotros les pedimos y si una estrategia mal elaborada no resulta la tendrían que cambiar. Y si piensas que soy demasiado soñadora...


seguiré soñando...

2 comentarios:

J dijo...

estoy HARTO de ver la fea geta de este tío cuando pincho en tu blog... o lo cambias YA!!!! o me borro... te lo digo, eh??!!??

Anónimo dijo...

La verdad es que es curioso como la sociedad responde a todo lo que sea gratis. Se me viene a la cabeza cuando los agricultores, a modo de protesta, regalan verduras y hortalizas a todo el mundo, y la gente aprovecha para cogerlo. Aunque no lo necesiten, solo porque "es gratis" la palabra gratis en los consumidores provoca una locura instantánea. Y sinceramente, creo que se debe a este sistema donde tenemos que pagar hasta por respirar. La gratuidad es una vía de escape para la sociedad, un trofeo, un premio y un triunfo sobre la sociedad capitalista. Es por eso, pienso yo, que necesitamos recoger todo lo que sea gratis, aunque no lo necesitamos. A que crees que se debe esa explosión de alegría de la gente cuando recoge algo gratis? Un triunfo personal :)