viernes, 10 de enero de 2014

Qué bonito sería caer libre si supiésemos volar


Era tu oportunidad.
Ser valiente,
la opción única.
Tú, el único,
tú, tu abrigo,
solo tuya
la gloria.

El mundo,
¿qué cojones importa el mundo?
No buscas ojos,
buscas espejos.
Buscabas.
O eso creía. Ilusa.

Ilusionado juguete roto
subiendo peldaños
de escaleras equivocadas.
Qué bonito sería caer libre
si supiésemos volar,
maldita gravedad
haciendo estragos en tu historia.

Te has bañado en miles de preguntas
esperando del horizonte lejano
oleadas de respuestas
pero sólo has recogido
lágrimas de los mares.
Sólo y solo
con ella.
Soledad encerrada
tras las más altas murallas,
aficionados todos
a los placeres efímeros
y la muy puta tan eterna,
¿no?
prostituyendo al ruido,
deshonrando la vida compartida.

Tu enemiga,
la que grita
desde tus adentros
cuestionando incesante
y constante
por qué no coges su mano,
la que siempre estará contigo,
la que conoce tus sueños
porque te ve dormir cada noche,
o pasarlas en vela.

La que se duele con tus fiebres
y a base de esfuerzo
ha visto estallar tus venas.
La que te quiere,
a pesar de tu resistencia
así, tal como eres
aunque no lo creas,
aun sin correspondencia.

Y yo, piedra
cansada de los tropiezos
me alejo del camino
del " no esfuerzo"
y desde ahí
guadaré el silencio
que sólo un poema
es capaz de romper.

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