
Escribo desde Huelva, desde la sala de ordenadores, hoy plagada de gente porque el día no está para otra cosa. Fuera llueve, es un día de cristales empañados y de ojos que con vista nublada empiezan a ver el final de sus vacaciones... mañana vuelvo a casa, espero poder despedirme de todo y de todos porque no sé cuando volveré... quizás no vuelva. Adiós Matalascañas, adiós a todos, adiós a tí...
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